Introducción
El régimen de visitas es una de las medidas más sensibles tras una separación o divorcio. Su incumplimiento genera tensiones, frustración y, sobre todo, consecuencias para los hijos.
Cuando uno de los progenitores impide u obstaculiza el cumplimiento del régimen acordado judicialmente, no se trata de un conflicto privado: es un problema legal que requiere intervención.
En este artículo, desde GLOBALEX explicamos de forma clara qué puede hacer legalmente el progenitor afectado, y cómo actuar de manera eficaz sin dañar el bienestar del menor.
¿Qué es el régimen de visitas y por qué es obligatorio?
El régimen de visitas regula los tiempos en que el progenitor no custodio comparte tiempo con sus hijos. Puede establecerse por mutuo acuerdo o mediante resolución judicial, y su cumplimiento es obligatorio.
Este régimen protege, ante todo, el derecho del menor a mantener una relación estable con ambos progenitores. Por ello, su incumplimiento reiterado puede ser sancionado por la vía legal.
Cómo actuar ante el primer incumplimiento
El primer paso debe ser documentar lo ocurrido. Es importante registrar las faltas: ausencias en puntos de encuentro, mensajes que cancelan visitas sin justificación o cualquier otro comportamiento que impida el contacto.
Se pueden aportar como prueba capturas de mensajes, testigos o incluso actas notariales. La documentación será clave en caso de acudir al juzgado.
El papel del abogado y la vía judicial
Contar con asesoramiento legal especializado permite actuar con seguridad. En muchos casos, el abogado puede remitir un requerimiento extrajudicial, como advertencia formal.
Si la situación persiste, es posible presentar una demanda de ejecución de sentencia. Este procedimiento busca que el juzgado obligue al progenitor incumplidor a respetar lo acordado, e incluso puede imponer multas o adoptar medidas más severas.
Modificación de medidas y riesgo para el menor
Cuando el incumplimiento afecta de forma grave al menor, o existen indicios de riesgo físico o emocional, es posible solicitar una modificación del régimen.
En estos casos, pueden intervenir también servicios sociales o psicólogos forenses, si así lo considera el juzgado. Lo importante es demostrar que se actúa en beneficio del menor.
Qué no hacer: responder con otro incumplimiento
Responder con la misma actitud solo agrava el problema. El juez valorará quién actúa con mayor responsabilidad. Mantener la serenidad y seguir el cauce legal es la mejor forma de proteger los intereses del hijo y preservar la propia posición jurídica.
Conclusión
El incumplimiento del régimen de visitas no debe normalizarse. Existen herramientas legales claras para proteger el vínculo entre progenitor e hijo.
Actuar desde la calma, con respaldo profesional y siempre en beneficio del menor, es la clave para resolver estas situaciones sin aumentar el conflicto.
En GLOBALEX ayudamos a padres y madres a recuperar el equilibrio familiar a través del derecho.